miércoles, 24 de noviembre de 2021 21:22

Los Emiratos Árabes Unidos, un territorio de reciente creación en el Golfo Pérsico, se esfuerza por afianzarse en la región.

Esta ambición ha ido acompañada de una serie de aventurismos militares o de actos de sabotaje, el más reciente y cruel de los cuales es la participación de Abu Dabi en la guerra de Yemen; se trata de una sangrienta campaña encabezada por los saudíes contra la nación más pobre de la región.

Sin embargo, Yemen ha sido solo un ejemplo manifiesto del papel destructivo de los emiratíes en la zona.

El hecho es que los Emiratos Árabes Unidos no han dejado escapar ni una sola oportunidad, especialmente en los últimos años, de ejercer cierta influencia en los países colmados de crisis internas, sobre todo en Irak, una nación de crítica importancia.

En 2019, cuando las protestas generalizadas tomaron por sorpresa a las autoridades iraquíes, se informó que Abu Dabi estaba orquestando un golpe de Estado en Irak.

El destacado político iraquí Izzat ash-Shabandar dio la voz de alarma de que los Emiratos Árabes Unidos respaldaban movimientos sediciosos en las protestas iraquíes y armaban a cuatro grupos tribales en la provincia de Al-Anbar para conformar una fuerza militar con el objetivo ulterior de emancipar esta provincia y convertirla en un lugar para asentar a los palestinos desplazados.

ffa/mkh

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